Las durezas, popularmente conocidas como duricias, callos o hiperqueratosis son un engrosamiento de la capa más superficial de la piel del pie a causa de un aumento de células muertas y descamadas. Por norma general, esta lesión superficial suele darse como consecuencia de una presión continua en dicha zona. Por tanto, esta presión hace reaccionar a las células cutáneas produciendo inflamación en la propia piel para defenderse ante el daño causado.
Síntomas de las durezas en los pies
Entre los principales signos que nos advierten de una posible dureza en el pie destaca el hecho de notar la piel endurecida sin bordes definidos de un color amarillento, por el exceso de acumulación de queratina. Asimismo, la textura de la dureza es áspera al tacto y transmita sequedad de la piel. Por regla general, este tipo de lesión no provoca ningún tipo de dolor o molestia.
No obstante, la dureza puede ser leve y superficial o crecer hacia capas más profundas de la piel con los bordes más definidos y causando una lesión mayor.
Posibles causas de su aparición
En reiteradas ocasiones, las durezas aparecen en zonas determinadas por una mala pisada. Al no apoyar bien el pie se reparte la carga y la presión de forma desigual causando este tipo de lesión.
De igual modo, la elección del calzado inadecuado, zapatos de tacón o prescindir de calcetines pueden agravar este tipo de problemas.
Tratamiento de las durezas en los pies
Lo más importante es saber diferenciar si estamos ante una dureza o ante otro tipo de problema similar, ya que el tratamiento varía en función de la lesión. Por ello, lo más recomendable es acudir a un especialista que sepa diagnosticarte qué te ocurre y pueda buscar una solución en base a la gravedad de la lesión.
Sin embargo, el tratamiento podológico más frecuente para solucionar durezas es el conocido como Quiropodia. Esta técnica consiste en deslaminar las capas de la piel para eliminar la acumulación de células muertas.
Otra opción es el estudio biomecánico de la marcha, ya que gracias a él y con la plataforma de presiones se pueden conocer los puntos de mayor presión al caminar. En base a este estudio se diseñarían unas plantillas especiales que ayuden a descargar de forma natural los puntos de máxima presión del pie.
Recomendaciones para eliminar las durezas
El paso fundamental para erradicar este tipo de problemas es suavizar la zona de la dureza. Se recomienda sumergir la parte afectada en agua tibia con jabón o incluso utilizar cremas exfoliantes que relajen la piel.
Puedes limar la dureza si es superficial con una piedra pómez o una lima para pies. El objetivo es retirar la piel muerta ayudándote con esta herramienta con movimientos circulares o laterales.
Finalmente, el consejo que debes realizar tengas o no durezas es el de mantener bien hidratada la piel. Después de sumergir el pie en agua tibia y limar las células muertas, es de vital importancia humedecer la piel con una loción hidratante para aportarle suavidad.