Antes de realizar la microdermoabrasión, hay que limpiar bien la cara o la zona que se vaya a tratar para eliminar de cualquier resto de maquillaje o suciedad del rostro y evitar infecciones e irritaciones.
Después de la microdermoabrasión, es posible tener una sensación parecida a una quemadura solar y tener sequedad en la piel. Incluso puede haber una posterior descamación. Esto es una reacción normal. Por eso hay que aplicar una buena crema hidratante y calmante para aminorar el enrojecimiento de la piel y otras molestias.
La cantidad de sesiones y la frecuencia de estas, dependerán del tipo de piel y del problema que se vaya a tratar.
Se suelen realizar de 5 a 12 sesiones, con una periodicidad de 2 a 4 veces al mes.