Las lesiones del menisco suelen producirse por la rotación de la rodilla cuando el miembro en apoyo se encuentra en estado de semiflexión, es decir, cuando se da un desgaste progresivo del propio menisco. Además, la hiperextensión, la hiprflexión y las posiciones bruscas de varo de la rodilla también pueden llegar a ocasionar desgarros en el menisco.
La rotura del menisco es una de las lesiones de rodilla más frecuentes entre los deportistas, en especial, entre aquellos que practican deportes que implican desarrollar acciones de pivotaje, arrancada o frenada. Por ello, la rotura de menisco se produce cuando la rodilla sufre un movimiento descontrolado de las distintas articulaciones del fibrocartílago de la rodilla, el menisco.
Tratamiento de la rotura de menisco
El tratamiento de la rotura del menisco varía en función de la incapacidad que sufra el paciente a causa de la misma y del propio paciente en sí. De este modo, habrá casos donde el tratamiento será conservador al tratarse de lesiones degenerativas que puedan aparecer por la edad y que sean más tolerables. Por otro lado, existen las roturas agudas donde en la mayoría de los casos la cirugía es la única opción de recuperación.
La cirugía reparadora de menisco suele realizarse por artroscopia y mediante la técnica meniscetomía parcial o sutura meniscal. Sin embargo, siempre que la rotura lo permite, los expertos recomiendan llevar a cabo la sutura meniscal porque garantiza la conservación del menisco íntegro y ofrece mejores resultados a largo plazo. Desafortunadamente, cuando la rotura de menisco se da por el borde hay que recurrir a la extirpación parcial del mismo, la meniscetomía parcial. Ambas opciones quirúrgicas tienen una duración aproximada de 90 minutos.
Recuperación de la rotura del menisco
El tiempo estimado de recuperación depende de la evolución de cada paciente. En el caso de intervención por sutura meniscal los médicos auguran un mínimo de cuatro a seis semanas para que se produzca la cicatriz que van buscando obtener con la sutura meniscal. Por ello, el paciente no podrá apoyar la pierna durante tres semanas y tampoco podrá moverla más de 90º. Una vez completada esta fase, el paciente inicia el proceso de rehabilitación que puede prolongarse en función de la gravedad de cada rotura. Se estima que hasta pasados los cuatro meses el paciente no puede reincorporarse a su actividad deportiva habitual.
En la intervención por meniscetomía parcial el paciente puede apoyar el pie desde el día que recibe el alta, aunque se recomienda una semana de reposo. Pasada esta semana, el paciente empezaría la rehabilitación y se estima que en un mes o mes y medio el paciente podría volver a su vida normal.
Después de ambas cirugías el fisioterapeuta es el encargado de optimizar la recuperación del paciente. Para ello, se centra en reducir el dolor del menisco, en trabajar la propia cicatriz y controlar la inflamación, reestablecer la fuerza y movilidad de la pierna del paciente para poder recuperar la estabilidad de la rodilla y comenzar a hacer vida normal, o en su defecto, volver a iniciarse en el mundo deportivo.